GOBIERNO CONSTITUCIONAL DEL DR. JUAN PABLO ROJAS PAÚL 1888 a 1890

 -Aspectos positivos:

1) El Dr. Rojas Paúl era muy  brillante con una recia preparación que no le permitía ser apéndice de ningún personaje.

2) El gobierno de Rojas Paúl, fue de trayectoria progresista.

3) Inauguró el ferrocarril Valencia- Puerto Cabello.

4) Inauguró el cable Europa y Venezuela para las comunicaciones submarinas.

-Aspectos negativos:

   1)Hubo graves conatos de rebelión de algunos exaltados crespistas.

    2)La inmunidad parlamentaria no fue respetada.

   3)Los partidarios de Guzmán Blanco presionaron y atacaron tan a fondo, que llevaron al Presidente de la Republica a considerar la posibilidad de presentar la renuncia al alto cargo.

  4)Los caraqueños y demás persona del interior del país, derribaron estatuas y monumentos.

-Militar:

     Los ingleses invadieron a Guayana y la región sur-este de lo que hoy forma el estado Bolívar, dando con ello el impulso para la penetración y posesión de Inglaterra en la Guayana, con grave lesión al territorio venezolano. Esta acción arbitraria de Inglaterra, respaldada en la fuerza de ese Estado Monárquico y en la debilidad de Venezuela en aquel entonces, origino una larga reclamación de nuestra parte que en nada nos favoreció.

-Económico

   Abrió su administración con este sencillo pensamiento: “La vida puramente civil en Venezuela comienza hoy: hagámonos dignos de ella…”

   Este gobierno presento, desde el principio de un programa eminentemente unificado, colaboracionista con quienes estuviesen dispuestos a ayudar a resolver los problemas nacionales; fue además firme defensor de los intereses populares.

-Social:

    Contra Rojas Paúl hubo intentos de sublevación de parte de connotados guzmancistas, González Guinán y Joaquín Crespo. Pero la posición del primer Magistrado, con su política pacificadora y altruista, los desarmó. Guzmán, en cambio, seguía conspirando desde París, pues estaba descontento con la elección realizada en contra de sus instrucciones, ya que se sentía aun el árbitro de nuestro destino político